Discurso ofrecido durante la ceremonia de grado de los primeros Comunicadores
Sociales- Periodistas de la Universidad del Tolima (Colombia).
Fue en Agosto de 2006 cuando nuestros rostros se encontraron por
primera vez. Unas Cuarenta sonrisas, expectantes, diversas, que han venido
deshilándose desde la madeja de la ingenuidad de esos días, a causa de la madurez traída por los retos de este
nuevo umbral de la vida.
Carlos Andrés Jurado Vásquez, Comunicador Social- Periodista
de la Universidad del Tolima (Colombia),
durante la ceremonia de grado.
|
Así, hace cinco años una
generación de ´primiparos´, un tanto menos joven que la que hoy ocupa las aulas,
nos convertíamos en los primeros estudiantes de comunicación social-Periodismo
de la universidad del Tolima.
Fuimos
a la academia en busca de respuestas. Y
ahí estaban ellos: nuestros profesores,
de quienes esperábamos esas respuestas.
“La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar”
Eduardo Galeano
Después de este tiempo podría
dedicarme a decirles que asistir a clases nos ha convertido en unos eruditos o intelectuales. Podría
alardear de que las preguntas que hemos
resuelto en esto cinco años nos han
revelado sorprendentes certezas sobre la vida.
Sin embargo, hoy, liberado por la
temida nota final, confesaré a nombre de este grupo de graduados… la realidad.
Lejos de cualquier
presunción, y por encima de cualquier sabiduría obtenida, esta ruta de
conocimiento de diez semestres, que hoy
culmina, nos ha dejado una gran dosis de consciencia y humildad.
Humildad para
aceptar que entre más aprendemos mayor será la cantidad de conocimiento
que nos rebasará e inquietará, y conciencia sobre lo frustrante que resulta el hecho de que la vida, por mucho que dure, es absolutamente insuficiente para comprenderlo todo, al punto
de que incluso Sócrates haya tenido que decir su ya conocido “Yo sólo sé que
nada sé”, y eso que él no tenía que trabajar ocho horas diarias, quitar las
arrugas de una camisa almidonada, ni actualizar su muro de Facebook.
Primera Promoción de Comunicadores Sociales - Periodistas, Universidad del Tolima (Colombia). |
Resulta irónico entonces afirmar que no son las certezas que nos han dado nuestros maestros las que
nos convierte en verdaderos profesionales.
Como dijo Borges: “La duda es uno de los nombres de la inteligencia”.
Son las
preguntas que nos quedan, y la larga lista que nos habrá de inquietar, como
un mal crónico, el resto de nuestras vidas,
las que nos mantendrán al margen
de la mediocridad, esa que nos impide
observar que aprender es un verbo que nunca estará seguido por un punto
final. Un verbo libre, que a su vez
inspira nuestra propia libertad, en una época de múltiples esclavitudes disfrazadas
- como diría Jesús Martín Barbero - tras la libertad de poder comprar un vestido.
Por habernos hecho
conscientes de esto y del mundo en el
cual vivimos, gracias a nuestros maestros, a los del aula, pero también a los
del hogar: madres, padres y familiares,
cuya esencia llevaremos impregnada en nuestro modo de ser y de actuar por el
resto de nuestras vidas. Para todas y todos los testigos, cómplices, y patrocinadores de
nuestro título profesional, gracias.
Y en cuanto a lo que hoy
somos como profesionales, viene desde antes…mucho antes. Viene desde la voz de
Casimiro Matias, uno de los primeros pregoneros del que se tiene memoria en Ibagué, que a
principios del siglo pasado recorría la
calle real con sus anuncios comerciales, antes de que llegara la radio.
Antigua Calle del Comercio, Ibagué, Colombia. |
Viene
desde los pasos de la mula que cargaba la monumental imprenta que dio vida a la
tinta roja de El cronista, uno de los diarios más recordados de esta ciudad, tal como lo rememora Camilo Pérez Salamanca en su
libro Inquilinos del novecientos.
Esa senda, heredada de los
primeros periodistas y comunicadores que
viera el Tolima, y seguida por muchos más, ahora nos corresponde continuarla, situándola
en los nuevos horizontes que la
profesión y la realidad demarcan.
Algunos de mis compañeros y
compañeras lo harán desde el periodismo y la información, otros desde la
comunicación, que hoy sabemos se necesita con urgencia no sólo en los medios
masivos, sino también en todos los entornos sociales, comunitarios, educativos y culturales.
Lo cierto es que en cada lugar donde haya una historia por
contar, un mensaje por compartir, un sentido por encontrar, un par de argumentos divergentes por confrontar, un contexto suelto por anudar,
ahí estaremos.
Así las cosas, y volviendo a Jesús
Martín Barbero, será el reto de quienes
comenzamos este camino, y más aún de quienes vendrán, superar el paradigma del comunicador como
intermediario entre las partes, para pasar a ser mediador entre ellas, abogando
por la pluralidad de las voces y los discursos, y abriendo nuevos espacios frente a la inmediatez de las noticias, que con su afán, desgarran a la actualidad de su pasado, de la reflexión
necesaria para poder construir un futuro que no se quede en el autismo del repetitivo día a día.
En ese sentido en nuestra
región hay mucho por hacer. Es claro que no cambiaremos el mundo, no
obstante Eduardo Galeano señaló: “La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos,
ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces
para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar”.
Ahora dejamos una puerta
abierta para muchos otros que vendrán. A
ellos, a ellas y ustedes, me resulta
preciso recordarles que aprender es un
verbo libre, y que así permanecerá
siempre y cuando por encima de las conquistas de los pueblos, de las patentes, de las
políticas excluyentes y del hambre…, permanezca
una inquietud personal en cada
hombre y mujer, que comienza durante la infancia cuando un niño ve en la
televisión a otro niño con ropa nueva y
juguetes bonitos que no tiene y nunca tendrá
, y luego pregunta “¿por qué?”, inquietud que desaparece cuando su padre y la misma escuela condenan
a ese niño a la sumisión, al mutilar su curiosidad con otras dos sencillas palabras: “Porque sí”.
Muchas Gracias.
Información Relacionada
No hay comentarios.:
Publicar un comentario