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domingo, 31 de agosto de 2008

CASO JOEL: PAGO POR UNA LÁGRIMA


Imagen tomada de El Espectador.com
Por Carlos Andrés Jurado V.

La emisión meridiana de Noticias RCN y Caracol del 29 de Mayo, abrió con el secuestro de Joel. Mientras Caracol a la misma hora presentaba como primera nota un directo con los detalles de las operaciones policiales en las calles Bogotanas, RCN optó por iniciar con un despliegue bastante emotivo (lágrima en primer plano). Una crónica amarillista de los hechos, complementada con un recurso inusual: una entrevista en vivo en el set de noticias al padre del menor, que ocupó los primeros 20 minutos de la emisión.

En este caso podemos observar dos de los pecados expuestos por José Luis Dader:

El primero, la intromisión a lo privado. El autor pone de ejemplo el caso de periodistas norteamericanos: “Para ellos no existe la privacidad: se puede penetrar en la intimidad doméstica, conyugal y paterna” (El periodista en el espacio público. P. 165).

Aunque más adelante alude a información Light como la de la revista People, el caso Joel, que corresponde a un plano informativo serio, no escapa a lo que el autor describe. Como si se tratara de una telenovela, el límite entre lo que merece ser publicado y lo privado de la vida de Alcides, el padre angustiado, no se marca.

A los 30 minutos de noticiero, presentan un extra: El niño ha sido liberado. La cámara enfoca el rostro de Alcides que recibe la noticia al mismo tiempo que los millones de televidentes. No le han dicho nada fuera del aire. Se han guardado la impactante buena nueva, para informársela frente a las cámaras y así no desperdiciar la lágrima, la emoción que efectivamente ocurrió y que ayudará en la curva del Rating.

A la misma hora Caracol no hace lo mismo. Presenta la información mucho más neutral en las voces de los presentadores como una especie de registro. Quizás no tanto por caer en cuenta del pecado que sobre privacidad expone Dader, sino porque, lamentablemente para caracol, RCN tiene la “chiva”, es decir, a la fuente principal (el padre de Joel) encerrado en su estudio.

Hasta ese momento, el caso Joel había sido centro de atención. Al ser liberado, la noticia había llegado a un final feliz.

Sin embargo para RCN no fue suficiente. Luego de la buena nueva, la entrevista en vivo en estudio continuó. Reiteraban preguntas que ya no venían al caso, relacionadas con los detalles ya mencionados del secuestro.

Alcides parecía querer salir de allí ( como es obvio) al encuentro de su hijo, pero la entrevista continuaba, y lo que es peor, tuvo que atender una llamada a su celular frente a las cámaras que grababan su conversación privada, en silencio, al tiempo que ponían una cortina informativa para amenizar el “banquete” mediático.

El segundo pecado que se observa, es el del Agobio a la celeridad, y aquí añadiría que también el agobio por la primicia, responsable quizás de la presión que tienen los periodistas, especialmente en los directos o “directazos”, para decir en poco tiempo lo que tienen preparado.

Caracol optó por hacer un directo desde la casa de la abuela de Joel tras su liberación. La periodista, tal vez presionada por interno, intentó entrevistar en vivo a la señora claramente conmocionada, quien hablaba por celular. Sin embargo la periodista insistía: “señora estamos en directo para Noticias caracol ¿con quien está hablando?(…) (alterada mientras la señora continuaba su conversación telefónica) ¡¿Qué cómo recibió la noticia?!”.

En la noche, los detalles fueron registrados con orgullo e incluso con una cuña de auto promoción de RCN presentada tres veces en esa emisión, reviviendo el show de la lágrima. Al final el locutor de la cuña concluía: “En RCN hablamos por usted”. Hubiera sido más preciso decir: “Pagamos por una lágrima”.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente! Juan Pablo Peralta
www.portaldelperiodista.blogspot.com

Anónimo dijo...

Carlos Andrés: Como desprevenido habitante de este planeta, leí con interés el caso que expones.

Ahora quedo con el sinsabor de una histórica tendencia que ha hecho carrera y persiste soterradamente en nuestra sociedad, quizá trascendiendo generaciones, y alcanzando a veces increíbles -por no decir absurdos- niveles de tolerancia y aceptación, lo cual supone que siempre estaremos expuestos a la desinformación cuando, actuando como simples ciudadanos receptores, lectores y oyentes, y de manera consciente o no, subestimamos la capacidad que tienen los medios para manipular sentimientos, libertades y actitudes comunes e inherentes a cualquier ser humano, sabiendo de antemano que van en pos de un marketing mal entendido, o simplemente por cumplir con un crítico interés de cierto actor o grupo.

De ello se derivarán siempre los pírricos resultados que vemos frente al tema tratado, en términos de avance social, logros comunitarios y desarrollo de valores, funciones de enlace que -al menos yo- esperaría ver defendidas por cualquier medio.

OttoJ
Salud, Medicina y Epidemiologia
[http://epi1.blogspot.com]