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jueves, 10 de mayo de 2012

Mujer:¡Ser madre no te castra!


Hace poco, una madre, me compartió la columna de opinión de Alejandra Azcárate: "A la oveja por la lana y a la hija por la mama", y no pude resistirme a dar respuesta, al observar que detrás del  ingenuo humor de una mediática dama había algo más:un peligroso estereotipo de lo que debe ser ya no solo una madre sino una mujer.
Si bien puedo compartir la opinión de que una madre debe ser referencia para sus hijos , debo discrepar de la mayoría de argumentos que escribe Azcárate. Y como no soy madre y ni siquiera mujer, te pregunto a ti que lo eres o podrías serlo....

...¿Por qué una mujer al reproducirse debe perder su espíritu joven, sus ganas de salir a bailar, de enamorarse, de ponerse un jean, de sentirse señorita y no señora, de mirar y de que la miren, de bailar? 

¿Por qué una mujer que haya parido  no puede  dejar de cocinar para que se la coman?

¿Por qué una mujer al ser madre debe ser perfecta, debe olvidar que es humana y omitir sus defectos, esconder sus tristezas, negar sus errores, hacerse la mártir?

¿Por qué una madre, a la edad que sea,debe limitarse a disfrutar de  los placeres, las locuras, la tecnología, la música, el mundo de hace 50 años, presa de su pasado?

¿Por qué las mujeres que añoran equidad permiten que las sigan estigmatizando, amarrándoles cada vez más el delantal?

Una madre, una abuela... una tatarabuela, antes que eso fueron son y serán mujeres: seres humanos con virtudes y defectos, con derecho a disfrutar, a vivir, a tener sexo, a ser lobas si se les da la gana, a  ser dueñas de su libertad hasta donde comience la libertad ajena.  

Que descuiden a sus hijos es reprochable, pero el cuidarlos no significa y no se debe confundir con el hecho de que estén condenadas a ser anticuadas, mandonas , autoritarias, aparentemente perfectas, cuando no son otra cosa sino humanas.

También me pregunto: ¿ Escribiría lo mismo Azcárate refiriéndose a su padre? 

A la frase de Azcárate: "La madre puede ser estricta, anticuada, repetitiva, posesiva, psicorrígida, ingenua, inexperta, manipuladora o dramática, pero no ñuca...", yo la cambiaría por  "La madre no tiene por qué ser estricta, anticuada, repetitiva, ni posesiva, psicorrígida, ni ingenua, ni inexperta, menos manipuladora y dramática...y no me gustaría que fuera "ñuca", pero puede hacerlo si se le da la gana, si  eso la hace feliz".

Resulta curioso ver que Alejandra Azcárate, el personaje que se ha hecho famoso por su desparpajo, por su aparente irreverencia, mente abierta y liberalidad, esconda entre sus renglones a una mujer , por lo visto, bastante conservadora,machista, anticuada y psicorígida - usando sus palabras-, que sigue viendo a las mujeres de delantal, con una etiqueta de maternidad en la que no hay cabida para ninguna otra faceta humana.

Resulta preocupante ver que, más allá de ella y de sus líneas, existan mujeres que aprueben y se identifiquen con esas letras.

Es pues admirable quien se dedica en exclusiva a la maternidad, siempre y cuando sea en entero su decisión autónoma y no una imposición detrás de la cual haya una mujer frustrada.

"La mamá es la mamá!!! y la hija es la hija!!!",   dice Azcárate. Yo le diría que ambas, sin importar sus edades ni el estado de sus úteros, son mujeres, seres humanos, o eso es lo que creo... pero mejor sería que me lo digas tu que eres madre o podrías serlo.

Hasta pronto.

Imagen Cortesía de:richec63.com


Carlos Andrés Jurado Vásquez
Comunicador Social-Periodista
Twitter: @carlosandresjv

domingo, 2 de octubre de 2011

Aprender es un Verbo sin Punto Final


Discurso ofrecido durante la ceremonia de grado de los primeros Comunicadores
Sociales- Periodistas de la Universidad del Tolima (Colombia).

Fue en Agosto de 2006 cuando  nuestros  rostros se encontraron por primera vez.  Unas  Cuarenta  sonrisas,  expectantes, diversas, que han venido deshilándose desde la madeja de la ingenuidad de esos días,    a causa de la madurez traída por los retos   de  este  nuevo umbral  de la vida.


Carlos Andrés Jurado Vásquez, Comunicador  Social- Periodista 
de la Universidad del Tolima (Colombia), 
durante la ceremonia de grado.

Así, hace cinco años una generación de ´primiparos´, un tanto menos joven que la que hoy ocupa las aulas, nos convertíamos en los primeros estudiantes de comunicación social-Periodismo de la universidad del Tolima.


Fuimos a la academia  en busca de respuestas. Y ahí estaban ellos: nuestros  profesores, de quienes esperábamos esas respuestas.    



La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar” 
                                                                                                                             Eduardo Galeano


Después de este tiempo podría dedicarme a decirles que asistir a clases nos ha convertido en unos  eruditos o intelectuales.   Podría alardear de  que las preguntas que hemos resuelto en esto  cinco años nos han revelado sorprendentes certezas sobre la vida.   Sin embargo, hoy,  liberado por la temida nota final, confesaré a nombre de este grupo de graduados… la realidad. 


Lejos de cualquier presunción, y por encima de cualquier sabiduría obtenida, esta ruta de conocimiento de diez semestres,  que hoy culmina, nos ha dejado una gran dosis de consciencia y humildad. 


Humildad para  aceptar que entre más aprendemos mayor será la cantidad de conocimiento que nos rebasará e inquietará,    y  conciencia sobre lo frustrante que  resulta el hecho de que  la vida, por mucho que dure,  es absolutamente  insuficiente para comprenderlo todo, al punto de que incluso Sócrates haya tenido que decir su ya conocido “Yo sólo sé que nada sé”, y eso que él no tenía que trabajar ocho horas diarias, quitar las arrugas de una camisa almidonada, ni actualizar su muro de Facebook.


Primera Promoción de Comunicadores Sociales - Periodistas, Universidad del Tolima (Colombia).
Resulta irónico  entonces afirmar que no son las certezas  que nos han dado nuestros maestros  las  que nos convierte en verdaderos profesionales. Como dijo Borges: “La duda es uno de los nombres de la inteligencia”.  


Son  las preguntas  que nos quedan, y la  larga lista que nos habrá de inquietar, como un mal crónico, el resto de nuestras vidas,  las que nos mantendrán  al margen de la  mediocridad, esa que nos impide observar que aprender es un verbo que nunca estará seguido por un punto final.   Un verbo libre, que a su vez inspira nuestra propia libertad, en una época de múltiples esclavitudes disfrazadas -  como diría Jesús Martín Barbero -  tras la libertad de  poder comprar un vestido.


Por habernos hecho conscientes de esto y del  mundo en el cual vivimos, gracias a nuestros maestros, a los del aula, pero también a los del hogar: madres, padres  y familiares, cuya esencia llevaremos impregnada en nuestro modo de ser y de actuar por el resto de nuestras vidas. Para todas y todos los  testigos, cómplices, y patrocinadores de nuestro título profesional, gracias.


Y en cuanto a lo que hoy somos como profesionales, viene desde antes…mucho antes. Viene desde la voz de Casimiro Matias, uno de los primeros pregoneros  del que se tiene memoria en Ibagué, que a principios del siglo pasado  recorría la calle real con sus anuncios comerciales, antes de que llegara la radio.


Antigua Calle del Comercio,
Ibagué, Colombia.
Viene desde los pasos de la mula que cargaba la monumental imprenta que dio vida a la tinta roja de El cronista, uno de los diarios más recordados de esta ciudad, tal  como lo rememora Camilo Pérez Salamanca en su libro Inquilinos del novecientos. 


Esa senda, heredada de los primeros periodistas y comunicadores  que viera el Tolima, y seguida por muchos más, ahora nos corresponde continuarla, situándola en  los nuevos horizontes que la profesión y la realidad demarcan.   


Algunos de mis compañeros y compañeras lo harán desde el periodismo y la información, otros desde la comunicación, que hoy sabemos se necesita con urgencia no sólo en los medios masivos, sino también   en todos  los entornos sociales,  comunitarios, educativos y  culturales.  


Lo cierto es que  en cada lugar donde haya una historia por contar, un mensaje por compartir, un sentido por encontrar,  un par de argumentos divergentes  por confrontar, un contexto suelto por anudar, ahí estaremos.


Así las cosas, y volviendo a Jesús Martín Barbero,  será el reto de quienes comenzamos este camino, y más aún de quienes vendrán,  superar el paradigma del comunicador como intermediario entre las partes, para pasar a ser mediador entre ellas, abogando por la pluralidad de las voces y los discursos, y abriendo nuevos espacios  frente a   la inmediatez de las noticias, que con su  afán, desgarran  a la actualidad de su pasado, de la reflexión necesaria para poder construir un futuro que no se quede  en el autismo del repetitivo día a día.


En ese sentido en nuestra región hay mucho por hacer. Es claro que no cambiaremos el mundo, no obstante  Eduardo Galeano señaló: La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar”.


Ahora dejamos una puerta abierta para muchos otros que vendrán.  A ellos, a ellas y ustedes,  me resulta preciso recordarles  que aprender es un verbo libre, y que así permanecerá  siempre y cuando por encima de las  conquistas de los pueblos, de las patentes,   de las políticas excluyentes y del hambre…, permanezca  una inquietud personal  en cada hombre y mujer, que comienza durante la infancia cuando un niño ve en la televisión  a otro niño con ropa nueva y juguetes bonitos que no tiene y nunca tendrá  ,   y luego  pregunta “¿por qué?”,  inquietud que  desaparece cuando su padre y la misma escuela condenan a ese niño a la sumisión,  al mutilar  su curiosidad con otras dos sencillas   palabras: “Porque sí”.


Muchas Gracias.


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viernes, 25 de junio de 2010

La carrera de las "univentas"

Desde muy temprano y hasta muy tarde varios estudiantes combinan sus horarios académicos con la venta de minutos de celular, dulces, cigarrillos y comidas rápidas dentro del campus universitario.




Cuando la clase termina y comienza un receso, algunos comen algo, conversan, o terminan una tarea pendiente. Otros en cambio, inician su rol de vendedores, especialmente de minutos.

Estas ventas en el interior de la Universidad del Tolima comenzaron tímidamente hace seis años y han venido incrementándose.

Andrés Rodríguez, estudiante de tecnologías y vendedor de minutos, recuerda que en esa época “Todo era más tranquilo. Poco a poco fue incrementando la venta de minutos por la necesidad de los estudiantes para costear su carrera”.

A Marco Mendoza, estudiante de Lengua castellana, le tocó otro panorama cuando comenzó a vender llamadas, hace unos cuatro años. “Se madrugaba mucho. Uno no iba a la casa por vender. El que llegaba primero cogía la mejor banca”, comenta.

Quienes empezaron hace cerca de dos años tuvieron menos problemas. Debieron hablar con los más antiguos, quienes reunidos, deciden desde entonces la ubicación de los nuevos.

Razones para vender

Entre los costos que los estudiantes comerciantes cubren con estas ventas mencionan fotocopias, alimentación, transporte, y arriendo en el caso de los que vienen de otras poblaciones, como Andrés Rodríguez que es de El Espinal.


"Todos venden sus aretes, minutos, su marihuna...lo que tengan que vender pa´subisitir":Hernesto Barreto (centro) , estudiante de Licenciatura en educación física, quien cuenta cómo desde que su mamá lo echó de la casa ha vendido minutos en la universidad.

La "univitrina" hoy

En la actualidad a este “gremio de comerciantes” lo integran más de 30 estudiantes, y cada semestre aparecen más. Se encuentran divididos principalmente en dos zonas estratégicas, en la denominada “curva” y en el parque Ducuara.

Sus ganancias son variables, pero según las declaraciones de algunos de ellos pueden oscilar entre los 80 mil y los 300 mil pesos (entre 40 y 150 dólares), de acuerdo a la cantidad de minutos o a los productos que cada uno tenga.

También influye el tiempo que dedican para atender al público, que varía de acuerdo al horario de clases, ya que aprovechan cada rato libre que les queda. Las clases en la universidad del Tolima empiezan a las 6:00 de la mañana y se prolongan hasta las 10:00 de la noche.

“Toca estar todo el día metido, porque si uno está dos horas no se vende nada”, manifiesta Oscar Rodríguez, de cuarto semestre de Licenciatura en Matemáticas. Aún así, pese a todo el tiempo invertido, “los minutos no dejan casi nada”, agrega.

Las ventas de estudiantes son una faceta más del quehacer universitario. Quehacer con el que el resto de compañeros se encuentran muy seguido, cada vez que necesitan comer algo, o hacer una llamada.

Otro caso



Tomado de Youtube
Las ventas informales para conseguir recursos se extiende a otras universidades del país, no sólo como una forma de suplir necesidades, sino también para obtener ingresos extras, como el caso de esta estudiante de Bogotá.
Noticias relacionadas

Ventas de minutos universidad de Antioquia
(Elmundo.com Colombia)
Universidades de Medellín están Llenas de vendedores informales (Eltiempo.com Colombia)
Vendedores universidad Autónoma de México (la Jornada)

domingo, 31 de agosto de 2008

CASO JOEL: PAGO POR UNA LÁGRIMA


Imagen tomada de El Espectador.com
Por Carlos Andrés Jurado V.

La emisión meridiana de Noticias RCN y Caracol del 29 de Mayo, abrió con el secuestro de Joel. Mientras Caracol a la misma hora presentaba como primera nota un directo con los detalles de las operaciones policiales en las calles Bogotanas, RCN optó por iniciar con un despliegue bastante emotivo (lágrima en primer plano). Una crónica amarillista de los hechos, complementada con un recurso inusual: una entrevista en vivo en el set de noticias al padre del menor, que ocupó los primeros 20 minutos de la emisión.

En este caso podemos observar dos de los pecados expuestos por José Luis Dader:

El primero, la intromisión a lo privado. El autor pone de ejemplo el caso de periodistas norteamericanos: “Para ellos no existe la privacidad: se puede penetrar en la intimidad doméstica, conyugal y paterna” (El periodista en el espacio público. P. 165).

Aunque más adelante alude a información Light como la de la revista People, el caso Joel, que corresponde a un plano informativo serio, no escapa a lo que el autor describe. Como si se tratara de una telenovela, el límite entre lo que merece ser publicado y lo privado de la vida de Alcides, el padre angustiado, no se marca.

A los 30 minutos de noticiero, presentan un extra: El niño ha sido liberado. La cámara enfoca el rostro de Alcides que recibe la noticia al mismo tiempo que los millones de televidentes. No le han dicho nada fuera del aire. Se han guardado la impactante buena nueva, para informársela frente a las cámaras y así no desperdiciar la lágrima, la emoción que efectivamente ocurrió y que ayudará en la curva del Rating.

A la misma hora Caracol no hace lo mismo. Presenta la información mucho más neutral en las voces de los presentadores como una especie de registro. Quizás no tanto por caer en cuenta del pecado que sobre privacidad expone Dader, sino porque, lamentablemente para caracol, RCN tiene la “chiva”, es decir, a la fuente principal (el padre de Joel) encerrado en su estudio.

Hasta ese momento, el caso Joel había sido centro de atención. Al ser liberado, la noticia había llegado a un final feliz.

Sin embargo para RCN no fue suficiente. Luego de la buena nueva, la entrevista en vivo en estudio continuó. Reiteraban preguntas que ya no venían al caso, relacionadas con los detalles ya mencionados del secuestro.

Alcides parecía querer salir de allí ( como es obvio) al encuentro de su hijo, pero la entrevista continuaba, y lo que es peor, tuvo que atender una llamada a su celular frente a las cámaras que grababan su conversación privada, en silencio, al tiempo que ponían una cortina informativa para amenizar el “banquete” mediático.

El segundo pecado que se observa, es el del Agobio a la celeridad, y aquí añadiría que también el agobio por la primicia, responsable quizás de la presión que tienen los periodistas, especialmente en los directos o “directazos”, para decir en poco tiempo lo que tienen preparado.

Caracol optó por hacer un directo desde la casa de la abuela de Joel tras su liberación. La periodista, tal vez presionada por interno, intentó entrevistar en vivo a la señora claramente conmocionada, quien hablaba por celular. Sin embargo la periodista insistía: “señora estamos en directo para Noticias caracol ¿con quien está hablando?(…) (alterada mientras la señora continuaba su conversación telefónica) ¡¿Qué cómo recibió la noticia?!”.

En la noche, los detalles fueron registrados con orgullo e incluso con una cuña de auto promoción de RCN presentada tres veces en esa emisión, reviviendo el show de la lágrima. Al final el locutor de la cuña concluía: “En RCN hablamos por usted”. Hubiera sido más preciso decir: “Pagamos por una lágrima”.